"Hemos estado allí durante mucho tiempo. Tengo muy buenos recuerdos de este lugar. Los platos que pedimos eran excelentes. La iluminación era espectacular. Nos sentamos en un pequeño comedor en la parte de atrás que parecía perfecto y muy acogedor. Las mesas estaban muy bien dispuestas y la amabilidad de la camarera que nos atendió fue notable. Además, el dueño, supongo, vino a saludarnos y nos preguntó si todo estaba bien. En definitiva, es un excelente lugar para comer en Cantabria. Lo recomiendo mucho."