"En cuanto a la cena en sí, elegimos varios platos para compartir, comenzando con unas brochetas de langostinos y pulpo a la parrilla. Debo detenerme aquí, porque el pulpo fue, sin duda, uno de los peores que he probado. Estaba gomoso y, aún peor, se suponía que era a la parrilla y realmente parecía que lo habían sacado de una feria, como si lo hubieran puesto en la plancha justo después de rescatarlo. Muy, muy mal.
Continuamos con brochetas de rape y langostinos, y como las porciones eran escasas, pedimos una picaña. Es notable que nos pareciera escasa porque éramos tres comensales y uno de ellos come muy poco, lo que sugiere cuán pequeñas son las porciones. Por último, pedimos un banoffee y un pastel de tres chocolates con tres cafés descafeinados. Todo esto nos costó alrededor de 80 euros, un precio que no me parece muy justificado considerando las cantidades y calidades que sirvieron en la mesa. En resumen, tengo que suspenderlos. Obviamente no es un lugar miserable, pero tampoco cumple con lo que se espera: un servicio regular (siendo positivo), una calidad justa en los platos (ese pulpo es imperdonable) y un precio excesivo por las cantidades hacen que no pueda recomendar esta parrilla. Adjunto fotos para que puedan ver la presentación y las cantidades de las porciones."