"Hemos venido de casualidad, cansadas de estaciones de servicio. Está lo suficientemente cerca de la autovía como para no desviarse pero el camino del pueblo y la sierra tienen un encanto especial. El servicio es una maravilla, simpáticos y cariñosos para ser clientes extraños que claramente están de paso.Ahora bien, la comida, una pasada. Desde el aperitivo, la ensalada, el QUESO CRUJIENTE, y la carne. Somos de campo, pero esta pluma ibérica a la brasa en su punto perfecto, madre mía. No sé cuánto tiempo hacía que no comía tan bien.Es una parada obligatoria. (Ya estamos pensando cuándo volver y nos pilla a 200km de casa)"