"Hace varios años ya estuvimos allí de comida de Navidad con amigos...y el sábado de semana santa aparecimos allí por la noche (2 adultos y un niño), ya tarde...poco antes de salir de viaje, a picar alguna cosilla... Al sentarnos, en la mesa ya había colocado un recipiente con 4 rosquillas (como los de las marineras, envasados individuales), un pan redondo (que estaba riquísimo) y un tarro con sobrasada (muy suave y rico). Pedimos para compartir: la ensalada griega, 3 marineras, una brocheta de merluza y un cuenco de salmorejo para la niña. Botella de agua, un refresco y un zumo. En la espera, lógicamente, fuimos picando del pan redondo y la sobrasada. Excepto el pincho, todo llegó muy rápido. Desde el principio ya indicamos que nuestra intención era picar algo ligero y pedir para compartir ya que salíamos de viaje...y es cierto que la insistencia del camarero en pedir algo más, o postres o algún chupito me hizo sentir incomodidad... Al ser restaurante, las mesas de alrededor se veían con festín de platos...pero bueno, en esta ocasión, nuestras necesidades eran otras..."