"¡Excelente! Maravilloso restaurante familiar casero. Ambiente muy relajado, precios razonables manteniendo en tan solo que el producto es elegante y de proximidad. La cocina es de por vida, casera y hecha con afecto, tiempo y dedicación. Un servicio inmejorable. Platón desentraña los mejillones llorados y su forma especial de probarlos. Mi favorito, bacallà marcado con manzana caramelizada. Pensé que era un manjar. Definitivamente vale la pena ir, aunque no pase. Recomiendo reservar."