"En mi camino en coche me topé con este restaurante de carretera, muy accesible para cualquier persona que se cruce con él. Nada más tomar asiento me decanté por el menú que tienen en carta, con un buen precio para la cantidad que sirven. Partiendo con el típico, pero para nada negativo, pan con tomate y ajo. Seguidamente una ensalada con unos buenos tomates con gran sabor y anchoas ricas. De tercero unas croquetas que pedí fuera de carta por sugerencia de la camarera, afirmándome que estaban bastante buenas. No se equivocó… cada una rellena de chipirones y setas, respectivamente. Muy cremosas, sabrosas pero solo un poco aceitosas, para nada molesto. De cuarto un pollo con patata asada. Pollo muy jugoso, con gran sabor gracias a sus especias y patata hecha en su perfección. Como último plato salado pedí fuera de carta un arroz que tenían en carta. Bien ejecutado, lo único a destacar era su sabor salado, al llevar una combinación de mar y montaña hay que tener cuidado de añadirle más sal de la cuenta, pero en textura y aspecto estaba muy bien. Por último finalicé con un postre de tarta de queso que entraba en el menú seguido de un postre que me recomendó, afirmando que estaba bastante bueno, el arroz con leche. A mi humilde pesar el arroz con leche estaba bueno pero muy suelto para mi gusto, demasiado, era más líquido que espeso como prefiero que sea un arroz con leche, pero su sabor muy bueno. La tarta de queso no fue nada especial, una tarta de queso dulce y bastante densa, a gusto los colores. Personalmente creo que se puede mejorar. (Se me olvidó recalcar que el arroz hubiera ganado mucho usando un arroz gordo mejor que el arroz “que nunca se pasa”, es cierto que tiene cosas buenas pero lo que te aporta otro grano de arroz es mucho mejor)"