"La fideúa pobre, aunque generosa, mal hecha. Poco marisco, congelado, mucho sepionet de segunda, poco caldo, mala paella (eso no es socarrat, eso es que se ha pegado, por eso no sale ni con un escoplo) El pulpo mejor, pero no deja de ser unas patas de pulpo congelado de supermercado pasado por la parrilla. Sin acompañamiento. La ensalada pobre, muy pobre para lo cara que es (un tomate, un sexto de cebolla que ni es dulce y algunas aceitunas rotas de las más baratas). El servicio pésimo. Hay que llegar allí para que te apunten en una lista, no admiten reservas telefónicas ni de un día para otro. Tampoco saben como organizar las mesas, que son demasiado pequeñas y con asientos malones. Una hora de espera es lo mínimo que te va a pasar. Eso sí, una vez sentados la comida se prepara y sirve rápidamente, es lo que les salva, pero a costa de ser una comida mediocre de un menú extremadamente limitado. La cocina podría dar el doble de servicios y ofrecer mucha más calidad con una mínima organización. Pero es su decisión, han decidido no ser un buen restaurante, solo uno del montón."