"Este restaurante, a pesar de haber ido muchas veces, ha demostrado ser una experiencia desagradable una y otra vez. Aunque la comida puede ser aceptable en ocasiones, no se puede ignorar el hecho de que una parte considerable de los platos parece ser comida congelada y recalentada. Lo más frustrante es la inconsistencia en los precios cada vez que visitamos el lugar en familia. Sentimos que estamos jugando a la ruleta rusa con nuestros bolsillos, ya que el costo de la comida varía de manera impredecible y, en ocasiones, se vuelve absolutamente exorbitante. Además, el comportamiento del dueño deja mucho que desear. Su enfoque tradicional es desagradable, y su actitud machista es completamente inaceptable. Esto crea un ambiente incómodo y poco acogedor para todos. En conjunto, todas estas experiencias negativas significan que no tenemos intención de volver a este restaurante. He visitado este lugar muchas veces y escúchenme, no vuelvan, porque cuando entras al restaurante para disfrutar de unas tapas o dejas poco dinero, ya hace que te veas mal."