"Mi opinión en este caso podría no coincidir con la de, por ejemplo, la mesa de al lado, ya que nuestra experiencia durante toda la comida consistió en observar cómo nuestra ración de ensaladilla era mucho más pequeña que la de la mesa contigua, que llegó cinco minutos después y resultó ser el doble de tamaño. En el caso de los espárragos, tuvimos una experiencia similar, pero más dolorosa: nuestros espárragos eran tan delgados que no alcanzaban el grosor de la mina de un bolígrafo BIC, mientras que los que sirvieron a la mesa de al lado eran cuatro veces más gruesos. Con el entrecot sucedió lo mismo. Al llegar a este plato, le hicimos notar al dueño la diferencia entre ambas mesas de manera discreta en el interior del restaurante. Su reacción no fue en ningún momento disculparse, sino negarlo, dando por hecho que habría sido una casualidad. Con esta respuesta poco profesional, decidimos prescindir del café y el postre, y marcharnos. Aún así, nos hizo esperar 15 minutos para darnos la cuenta, que finalmente llegó, y nos fuimos. Esta ha sido nuestra experiencia; tengo claro que si hubiese estado sentada en la mesa de al lado, mi reseña no habría sido la misma. Mis dos estrellas son porque cualquiera de las camareras que nos atendieron lo hicieron siempre con profesionalidad y buen trato."