"Para nuestra sorpresa, al llegar nos informaron que tenían la cocina estropeada y no servían cenas. Además, no ofrecieron la posibilidad de preparar algo frío como bocadillos o ensaladas, lo cual nos decepcionó, ya que tuvimos que buscar un lugar a unos 350 metros para comprar algo de cenar, perdiendo la comodidad de poder hacerlo en el propio hostal y así descansar del viaje.
El personal fue amable, pero la limpieza de la habitación y las instalaciones dejaba mucho que desear. Un punto a favor fue que nos proporcionaron una cuna para el bebé y aceptaban mascotas, algo muy importante para nosotros. La cama era tan blanda que me caí dos veces por el lateral mientras dormía, ya que resbalaba y era difícil mantenerse sobre ella sin posicionarse en el centro. La habitación era de tamaño adecuado y contaba con un baño privado con ducha grande, armarios, televisión, ventilador y un escritorio.
Al bajar hoy para disfrutar del buffet de desayuno, nos encontramos con que el encargado nos dijo que no tenían nada: ni bollería, ni variedad de panes, ni tomate, ni ninguno de los productos que ofrecían, ya que estaban en fiestas. Nos sirvió café y tostadas con algo de embutido, pero nos fuimos bastante decepcionados, ya que nos sentimos un poco engañados en ciertos aspectos. El pueblo es acogedor y bonito, aunque había un poco de ruido en la terraza del hostal, lo cual era normal por las fiestas. No sé si volvería."