"¡Ayuda, Chick!! Creo que he comido en un lugar diferente del que he leído en las experiencias. La cosa empieza con el nuevo camarero mayor que no sabe qué vinos tiene, quien termina explicando que no tiene mucho tiempo. Al final pedimos un vino blanco que sirve sin dejarnos probar y en una de las copas hay un globo de comida de quién sabe qué, y cuando lo menciono, él intenta quitarlo con su dedo ahí mismo. Pedimos unas papas arrugadas (llegaron tras una hora de protestas) con una decoración moderna imposible en el borde del plato y frías. Un pulpo a la parrilla (una hora y cuarto), seco, frío y con un color rosa Barbie incomprensible, y unas sardinas (una hora y media) de las que sobraron 2 entre 3 personas. Pequeñas, secas, nada frescas y parecían más bien reservadas para un entierro de carnaval que para comer. Allí nadie preguntó si nos gustaba ni indagó por qué quedó comida. Supongo que lo saben. Comida horrible, servicio pésimo; no sé cuál es peor, si el nuevo camarero mayor para las bebidas que no tiene oficio o el camarero invasivo y desagradable para la comida. Si damos esa imagen al turismo y algunos parecen contentos, entonces qué buenos son los turistas que nos visitan. La peor experiencia en un restaurante. El precio, que no es barato, en este caso es muy caro ya que lo que ofrecen es una tontería. Servicio: Comedor en el lugar Tipo de comida: Almuerzo Precio por persona: 20–30 € Comida: 1 Servicio: 1 Ambiente: 3"
