"Terminamos aquí para almorzar, ya que el lugar que originalmente habíamos escogido para almorzar había cerrado por vacaciones y este era el lugar más cercano que pudimos encontrar. Al entrar, el área del bar está a la izquierda y el restaurante a la derecha. En el pasillo hay un enorme tanque de langostas vivas y también un mostrador con exhibición de pescado y carne. La mayoría de los pescados en el mostrador lucían cansados, lo cual nos disuadió de pedir cualquier pescado en realidad. Nunca entiendo por qué los restaurantes hacen esto, ¡si su pescado no está super fresco entonces no lo exhiban! Elegí el salmorejo para empezar, que era suave, sedoso y lleno de sabor. Para el plato principal tuve croquetas de risotto de champiñones, con un intenso sabor a champiñón, húmedas por dentro y crujientes por fuera. Estas venían con chips de vegetales por alguna razón, un poco de ensalada hubiera sido mucho más agradable. Mi pareja tenía una generosa porción de carrillada pero el plato fue decepcionado por servir papas fritas congeladas con él. Para el postre, tuve sorbete de mandarina, que en realidad no era sorbete sino más como un slush puppie y mi pareja tenía helado con pasas y jerez Pedro Ximénez, es la versión andaluza de helado de ron con pasas, estaba bueno pero hubiera beneficiado de remojar las pasas en el jerez primero. Es un restaurante sin adornos que hace platos tradicionales andaluces bastante bien. El personal es agradable, atento y amigable, mi única crítica aquí fue que todos los platos tendían a estar del lado salado."