"Reservamos una mesa para la cena. Nos sentamos en una mesa, la sábana estaba llena de excremento de pájaro... así que cambiamos de mesa. El personal de servicio correteaba por ahí con camisetas de un gimnasio local... pedimos vino blanco de la casa, totalmente aceptable. Nos dieron pan tostado, que pensábamos que era un saludo de la cocina, pero no, luego nos lo cobraron. Como entrantes pedimos gambas al ajillo: aguadas, insípidas, luego pedimos ensalada de tomate y atún: el atún tenía sabor y aspecto de haber salido directamente de lata, sin sabor alguno. Como plato principal pedimos el Chateaubriand por 40,00! Pero, esto no era Châteaubriand, era espantoso y presentado realmente mal (foto). Las salsas estaban presentadas aún peor y tenían sabor a comida precocinada. Por suerte no tuvimos que pagar por la carne, no la comimos en absoluto. Las papas fritas tenían un sabor realmente bueno."