"**El estilo y la decoración del comedor:** El ambiente es tranquilo, con una decoración sencilla pero con buen gusto, que crea una atmósfera acogedora.
**La calidad del producto y su relación con el precio:** La calidad de los platos es sobresaliente y el precio es muy razonable, lo que hace que valga la pena cada bocado.
**La oferta de la carta:** Aunque solo hay un plato de carne, realmente es preferible centrarse en la variedad de pescados, que son el verdadero fuerte del lugar.
**La selección musical y la tranquilidad del ambiente:** La música de fondo complementa perfectamente la calma que se respira en el comedor, lo que contribuye a una experiencia relajante.
**DESVENTAJAS:** No encuentro desventajas significativas a señalar. Solo mencionaría que hay un solo plato de carne, pero eso es secundario, ya que los pescados son una delicia que vale la pena explorar.
**LA EXPERIENCIA:** Al entrar, se percibe inmediatamente la serenidad que envuelve el comedor. La decoración es sencilla pero muy bien cuidada, y el hilo musical acompaña a la perfección la paz que reina durante toda la comida. Javi, quien supusimos que era el propietario, nos atendió con un carisma impresionante, explicando la carta con gran dedicación y haciendo que nos sintiéramos en casa.
Al elegir los platos, decidimos dejarnos asesorar y optamos, como no podría ser de otra manera, por el pescado. De primero, una sopa de pescado y, de segundo, rodaballo. También probamos un entrante llamado momo, una especialidad tibetana que se incluye en la carta, ya que la cocinera es originaria de allí. Cada plato fue espectacular, pero la sopa de pescado se destacó por su toque especial y único.
Sin duda, es un lugar para recomendar y disfrutar de la experiencia de comer productos típicos, de calidad y a un precio más que razonable. ¡Definitivamente para repetir!"
