"El trato que hemos recibido ha sido especular, al igual que la comida. Nada más entras te encuentras con unas mesas y sillas en la barra para tomar algo con tranquilidad. Nosotros tomamos sidra, y de la mejor que he probado. Después pasamos al comedor y de entrantes pedimos unos callos de bacalao, que estaban bastante ricos, unos calamares y unas zamburiñas, que tenían un sabor espectacular. Después pedimos rodaballo (mitad), con un sabor y una textura increíble, y tienen un detalle, que es partirlo a la mitad de cabeza a cola, para así, la próxima persona que pida rodaballo coma lo mismo, y no uno que coma la cabeza y otro la cola, ya que un parte tiene más carne que la otra. También pedimos un solomillo que te lo hacen a tu gusto, y viene acompañado de una ración de patatas bastante abundante. Por último, de postre, pedimos helado de turrón, te ponen tres bolas, estaba bastante rico. Y una milhoja de limón con hojaldre, nunca la había probado y sin duda la volveré a comer. ¡Sin duda volveré a visitaros!"