"Ubicado en un lugar bucólico, en medio de un bosque, junto al río, el último tramo es una pista en buen estado. Hay una piscina donde refrescarse, un buen prado para la siesta. Amplio y gratuito aparcamiento. La comida es de mucha calidad, a un precio correcto. De primero, gran variedad de entrantes, ensaladas, caracoles y callos. ¡De segundos, a la brasa! El filete se deshace en la boca. Los postres caseros para redondear la comida. La única desventaja es que hay mucha gente y el servicio es lento, esperamos casi una hora con la bebida y las aceitunas de cortesía. Sin duda volveremos."