"Un pequeño restaurante italiano, donde nos recibe un camarero, que intenta hablar algunas palabras en francés con nosotros, un poco de atención personalizada a los clientes franceses que estamos con mi pareja, lo agradecemos. Muy satisfecho con la pizza, con la masa fina (que recuerda al pan en la corteza) y en general sabrosa, así como con los ñoquis, que llenan más de lo que parece inicialmente. ¡El sabor también está ahí! Un poco de coulant, acompañado de nata montada (bueno, no sé si es casera pero no es para la nata que yo pedí de postre así que me da igual, lo reconozco) y una bola de helado, muy bien. Quiero resaltar que, aunque pedí solo un postre, me lo sirvieron con doble tapa, por si mi pareja quería compartirlo conmigo. Lo encuentro bien pensado y, sin embargo, es la primera vez que esto sucede."
