"¡Solo pasamos una noche, pero salimos rejuvenecidos! El lugar tiene una calma total, las habitaciones Kubo son un lujo, la cama era perfecta, como dormir en una nube. Bañarse en la bañera excavada en el suelo de la habitación mientras miras los árboles y los pájaros, no queríamos salir. La cena la disfrutamos mucho también, todos los platos estaban deliciosos. El desayuno fue increíble, con muchas opciones; los cruasanes y pasteles caseros estaban buenísimos. El servicio fue de lujo también. En definitiva, muy recomendable, ¡me gustaría volver algún día!"