"Media hora para pagar en efectivo, mientras pasaron delante todos los que pidieron detrás y pagaron con tarjeta. Por si fuera poco, cuando pedimos la bebida, al coger un Aquarius de limón, sale marrón, ¡sucio, sucio, sucio! Le pido a la misma chica, que es muy simpática por intentar no ser desagradable, que me cambie de vaso, ya que el que tengo tiene una bebida extraña. A lo cual, no me cambia el vaso y tengo que tirar el producto y volver a llenar ese vaso, el cual no puedo beber porque me da mucho asco. Una experiencia ..."