"Una experiencia algo agridulce para empezar, una encantadora camarera, a menudo las cosas son frescas y la calidad es buena. Pedimos pulpo (una porción muy pequeña por 17 euros), gambas (25 euros no valen la pena), 3 calamares (25 euros es un exageración) y lo único por lo que pagaría de nuevo son las almejas a la marinera, que estaban en una cantidad justa. En conclusión, la comida es muy buena, pero los precios no coinciden con la ubicación ni con la presentación de los platos. Cabe añadir que teníamos unos clientes al lado que estaban muy ocupados y a tope, y seguían haciendo ruido dentro del restaurante... algo que llamó nuestra atención porque no les llamaron la atención."