"Vimos el restaurante por casualidad, mientras pasábamos por Pontecaldelas. Es hermoso, la comida es exquisita. Para ir con niños, también es muy divertido: hay una trona, les ponen cubiertos especiales con los que se divirtieron mucho, y vasos de colores. Pedimos la ensalada de burrata y pesto (espectacular y bastante abundante) y dos pizzas. Esto fue para dos adultos y dos niños. Y nos sobró pizza que pedimos para llevar. Excelente relación calidad-precio. PD: mi hija se volvió loca con el baño, decía que hasta el agua era dorada."