"Fuimos sin reserva, aún así nos hicieron un hueco. Nos sorprendió muchísimo la terraza y el ambiente. Sin duda, un sitio con encanto. El camarero fue súper amable, nos recomendó súper bien. Pedimos fritada mallorquina y entrecot, ambas cosas ESPECTACULARES. El dueño, quien nos contaron que lleva 40 años al frente del corte de la carne, y con quien tuvimos una agradable charla, se preocupó por venir a preguntarnos al terminar si todo estaba a nuestro gusto. Volveremos seguro!"