"Este pasado sábado 12 comimos en el Gurp. Ibamos de celebración de pareja, y el número uno no nos decepcionó: comida excelente, entre la que destacó un entrecot sencillamente PERFECTO, por punto de cocción, textura casi de solomillo, sabor... La memoria es frágil (y más la mía , pero me atrevo a decir que es el MEJOR entrecot que he comido en mi vida. Maravilloso. ¿Y por que no le he puesto el Excelente al restaurante, y he calificado de Muy Bueno? Pues por pequeños detalles mejorables: el pan, bastante tristón y correoso; el all i oli, muy poco sabroso; y, por último, una cuestión relativamente ajena al local, pero que, en un restaurante que está siempre lleno (es muy bueno, y es pequeño, con lo cual el éxito es diario quizá debería cuidarse con una atención al cliente digamos más firme : una familia compuesta por una señora prepotente y pagada de sí misma -pero que pretendía compartir un cuarto de pollo entre tres personas-, un marido bobo que apenas balbuceaba palabras incomprensibles, y dos hijas pequeñas que parecían chutadas con algún tipo de sustancia estimulante, nos amargaron en buena parte la celebración. Gritos, idas y venidas incesantes al baño, a la calle, se tiraban por el suelo, más gritos... Insufrible. Hasta la madre acabó sentada en el suelo, ocupando todo el pasillo de acceso al comedor. Delirante. Dudo que en muchos restaurantes que he visitado se tolerara semejante festival sin, al menos, advertir amablemente a estos clientes de que la actitud que exhibían no es adecuada fuera de un chiquipark o una aldea massai. Ser el restaurante número uno en Tremp (sin duda un título merecido obliga a algo más, como por ejemplo poner firmes a los bárbaros. Y si hay que echarles, se les echa (total, para el gasto que hicieron... . Pero insisto, por lo demás un restaurante extraordinario, al que sin duda volveremos en nuestras visitas a Tremp."