"Acabamos de disfrutar de un menú delicioso en este restaurante. Probamos raviolis de hongos y hojaldre de puerros de primero, callos y manos y carcajal de segundo, y tarta de cereza y queso de postre. Para beber, tomamos sidra y agua. Todo estaba exquisito, muy bien cocinado con cariño y en su punto de sal. El servicio fue excelente y el comedor era muy agradable, decorado con madera, vigas y columnas. Es un lugar acogedor, especialmente en un día frío como hoy, donde con unos 8 grados en la calle se estaba muy calentito para comer."