"Hace 15 días fui a Pechón, ese lugar especial para olvidarte de todo. Como siempre, el bar Ancla estaba abierto; sin embargo, me llevé una decepción, ya que fui con un perrito y me sorprendió que me dijeran que no podía estar sentada en la terraza con él. Entiendo que no se permita en el interior del restaurante debido a esa normativa, pero en la terraza, donde solo había una pareja y el resto estaba vacío, debería haber sido diferente. Le doy una estrella porque no puedo poner cero. En años anteriores había ido y nunca había tenido ningún problema. Para mi sorpresa, la pareja que estaba en la terraza decidió fumar; cortésmente se levantaron para hacerlo, y fue el dueño o el camarero quien les dijo que no se preocuparan, que podían fumar sentados en la mesa. ¿Y nosotros quiénes éramos entonces? ¡Perros no, pero saltarse las normas del COVID sí! Así que, viajeros, si van con mascotas, sepan que en ese bar no pueden sentarse en la terraza. Pues nada, prueben en el resto de lugares que, aunque solo abren los fines de semana, sí les permiten entrar. Mal argumento, señores del Ancla, han encontrado la manera de perder clientes que, aunque no estamos todo el año, cuando decidimos ir, desayunamos, comemos y cenamos fuera. Una pena, han perdido el encanto."