"Era las 12:30 y entramos a tomar una bebida (en España aún no era hora de comer). Estaba totalmente vacío, sin ningún cliente, y nos dijeron que no podíamos, porque solo era para el almuerzo. Ellos sabrán por qué no querían servirnos; probablemente no éramos su tipo de clientes (franceses o aquellos que gastan más). Pero, lógicamente, no puedo recomendarlo, ya que no pudimos comprobar cómo era la comida ni la terraza que se veía al fondo. La atmósfera era nula, solo había sillas y mesas vacías. En atención, por supuesto, está lejos de lo que se esperaba. Buena suerte con esas políticas, pero al menos yo no regresaré."