"Siempre excepcional , en un local de lujo viendo el mar, comer los platos de Manolo siempre es una fiesta, esos buñuelos de bacalao que “son y saben a bacalao”, las sepionets que es un plato fuera de serie, por supuesto inmejorables y descomunales gambas rojas, uno de los mejores manjares que se pueden comer y esa lubina , con esa piel tostada riquísima , todo un lujo, amén de sus presentaciones , atención profesional , no es barato pero si se puede , es un verdadero festival visitarlo."