"Soy uno de los 29 del grupo que comimos ayer. Comí de maravilla porque me senté estratégicamente para que todos los platos pasaran por delante de mí. Me comí 16 croquetas, 3 raciones de solomillo al whisky, 2 de chocos y 1 de taquitos de merluza. En cuanto a los postres, solo pude probar uno porque el resto de los 28 comensales asediaron a la camarera y le quitaron los platos de las manos, alegando que apenas habían comido. Desde pequeño me enseñaron que en los grandes cortijos el que no es listo se queda sin comer... Quiero agradecer desde aquí a mis 28 amigos que pagaron por esa lujosa comida... por cierto, todo esto acompañado de 20 cervezas y una botella de albariño que me bebí solo entera... La única pega fue que el pan parecía haber ido al gimnasio. Estaba más duro que la herramienta de un novio... En resumen, un lugar muy recomendable siempre y cuando te sientes estratégicamente."