"Nos encanta la comida oriental y hemos comido mucha de ella. ¡Qué decepción! Los entrantes se sirvieron sobre camas de lechuga que estaban tornando marrón. Los rollos de pollo, mango y espárragos eran como nuggets de pollo redondos, solo pollo, un toque de algo amarillo pero sin sabor a mango; el pato estaba duro, seco, frío, cubierto de una desagradable salsa embotellada, las verduras apenas eran comestibles pero estaban calientes; el curry de pollo no tenía ni rastro de especias, trozos de muslo de pollo fibrosos, dos tiras de zanahoria y dos de espárragos, mucha salsa que no se parecía en nada al curry rojo tailandés. ¡Una botella de agua por 3 euros! No volveremos."