"La relación calidad-precio de este restaurante es genial, porque por unos euros sales cenado, y tienes todos los locales de fiesta muy cerca. Está en una calle muy bulliciosa, y hay que esperar para coger mesa durante los fines de semana, pero merece la pena. Recomiendo altamente la pizza de picadillo de ciervo, que es una de las cosas más exóticas que ofrece este restaurante. También la pizza de queso de cabra, que puede resultar empalagosa alguien que no esté acostumbrado a comer una pizza hecha sólo de queso, pero que está buenísima y llena un montón. Los postres caseros también son de lo mejor de la zona, aunque lógicamente son un poco más caros."