"Nos sorprendió para bien el restaurante. Era la primera vez que íbamos y no sabíamos lo que íbamos a encontrar, tan solo una recomendación de un familiar. Se trata de una antigua casa donde han vaciado el interior manteniendo los muros y el tejado original de cerchas de madera y teja cerámica plana. El ambiente e iluminación muy agradable, además con un aire acondicionado magnífico para una noche de calor soporífera que había en el exterior. El servicio fue algo lento, pero debió ser algún problema puntual, pues nos invitaron al café y a algún plato por la demora y otros pequeños problemas sin importancia. Estuvimos muy agusto y todos los platos que tomamos estaban espectaculares. Todo muy sabroso, bien elaborado y con buen gusto. Salimos a unos 40€ por cabeza con botella de vino tinto. Seguro que repetiremos pues la experiencia nos encantó."