"Habíamos comido de un bocadillo y los ahorros de alimentos nos sirvieron para subvencionar el banquete en este lugar que da la sensación de que su decoración tiene algo de historia. La carne, el dicho, exquisito. la presentación del plato algo clásico. el menú para niños excesivos en términos de precio. tratamiento amistoso y atención con los niños con coloración para pintar. Las trufas de postre increíbles. No lamentamos la experiencia aunque, ahora que recuerdo, el jamón no estaba al día. detalle en los servicios está disponible colluto para enjuagar su boca."