"Sin embargo, es en el salón principal donde se hace evidente que la especialidad es la carne, ya sea de retinto o de otras especies, como el ciervo (estamos en una zona propensa a la caza). El servicio es eficiente, amable y diligente. Cuentan con dos cocinas: las tradicionales ollas y cazuelas y una parrilla de carbón y leña, donde preparan la carne que nos sirven en platos de barro, una verdadera delicia. Hay una gran selección de vinos locales y de otras regiones típicas como Rioja, o la bodega del dueño. También ofrecen postres típicos de estos rincones: natillas, arroz con leche, tocino de cielo y otras delicias de mi tierra.
Actualmente, es un punto de referencia en la zona para degustar la cocina andaluza de esa particular área que se establece entre la sierra y el estrecho de Gibraltar, donde el pescado tradicional de Cádiz da paso a las carnes locales... No puedo evitar pensar en ello, se me hace la boca agua. Mi abuelo me enseñó que cuando no sabes dónde comer y ves muchos camioneros, eso indica la calidad de la comida y precios razonables. Con esta lógica, llegamos hace muchos años por primera vez a esta venta, hoy convertida en restaurante."