"Visitamos este restaurante dos veces. El primer día pedimos costilla de cerdo (número 24), que estaba bastante sabrosa. Sin embargo, no había salsa, a pesar de lo que mostraba el menú. En otra ocasión elegimos el número 20, Entrecot de lomo alto de vacuno, uno a término medio y otro bien cocido. Ambos estaban terribles, sin sabor, y nos costaba masticar la carne, dejando gran parte en el plato. El chef de este establecimiento claramente no estaba a la altura de su trabajo. Tampoco nos sirvieron salsa con este plato, a pesar de que el menú indicaba lo contrario. En cuanto al servicio, parece ser un problema general en esta parte de España, donde la gente parece reacia a hablar con extranjeros/turistas. Uno fácilmente tiene la impresión de que no son especialmente amigables con los extranjeros. En un restaurante no debería ser tan difícil hacerse entender hablando inglés, que la mayoría de los europeos hablan."