"Estuve viendo los últimos comentarios y me asusté por la puntuación baja que pusieron. Supongo que todos se refieren a las. Visitas por bodegas y/o queserías. No fue nuestro caso, solo nos hospedamos. Para los que vayáis, al menos es mi sensación: el hotel está genial. Se nota que vive una recesión pero está decorado con mucho gusto y las habitaciones son espaciosas y bonitas. Es decir, es un trasatlántico conducido por bruntes. Ahí está la clave de que estuviésemos tan agusto: Sita y su hermano. Son los dos empleados que se encargan de prácticamente todo, pero le ponen tanto interés que funciona. Los desayunos están riquísimos y el ambiente es muy acogedor. El entorno es una pasada. Como digo, las zonas que atienden están muy bien: la piscina y los jardines son muy bonitos. Muy recomendable, incluso con niños (podría pasar por un only adulta perfectamente). Solo 8 habitaciones y tranquilidad absoluta. Un retiro. Ojalá y cuando volvamos a la isla siga abierto."