"Una vergüenza. Pido dos platos de kebab con mucha salsa y me llegan secos, además de venir con una tarrina de cada uno y solo hasta la mitad. Llamo para reclamar y me traen más salsas, pero para entonces, la cena ya se me ha quedado fría. Encima, el repartidor, con su falta de respeto, me dice que si no me gusta, que pida a otro lugar. Pero lo peor de todo es que me doy cuenta de que la tarrina de salsa roja que me trajeron al principio era agua, mientras que las salsas que me trajeron después de la reclamación tenían un color más oscuro y una consistencia sólida."