"Es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir la mala experiencia que vivimos hoy en este lugar. Sabemos que personas mal educadas las podemos encontrar en todas partes, pero lo que vivimos hoy fue surrealista. El comedor y las terrazas estaban llenos, de repente hubo una explosión que nos dejó a todos sin aliento. La mesa de un grupo de 15 señores que estaba costando más de 1400 euros comenzó a lanzar fuegos artificiales de alto impacto a una distancia de menos de dos metros de nuestras mesas. Intentamos hablar con ellos para que pararan, pero no logramos detenerlos e incluso parecían animarse más. Hablamos con el personal del local y con el responsable, y su respuesta fue aún más surrealista: "Ellos están en el jardín (la terraza donde están las mesas), tienen una cuenta de más de 1400 euros y yo no puedo hacer nada. Si le molesta, llame a la policía". Con nuestra comida a medias y sintiendo más rabia que satisfacción, tuvimos que salir por la puerta trasera para evitar que nos lanzaran más fuegos artificiales al salir. Me tomo el tiempo de contar esta experiencia para que a nadie más le suceda lo que nos pasó hoy, porque EL DINERO NO LO PUEDE COMPRAR TODO."
