"Saliendo del osteópata, pasé por delante de un local raramente blanco...? ostras! un restaurante llamado Norte... por si alguna vez lo pierdo. Entré, fui saludado, saludé, me senté, leí, pedí, comí, disfruté mucho y ya he vuelto varias veces. El Norte es tranquilo, como de amigos más que familiar, agradable, buena música. Las prisas se quedan fuera. El Bacalao a la Bras bueníssimo. El postre de chocolate... mmmh! Y de precio, bien. Tampoco me acuerdo"