"Acudimos a comer a este sitio del que tanto había oído hablar y tal y como esperaba por comentarios de amistades el sitio no defrauda ni lo más mínimo. Para se un sitio que llevan entre dos personas tienen una carta muy amplia y buena. Acudimos 7 personas el viernes 21 de agosto para una comida familiar y realmente nos impactó a todos. Pedimos de entrantes unos criollos riquísimos con chumichurri aparte para el que quisiera y una ensalada de pimientos asados con anchoas. Como en el otro comedor había otro grupo de personas que llegaron antes que nosotros, de manera muy amable nos pusieron una crema de cabrales con unos tostaditas para ir haciendo boca (todo un detalle). Cuando llegaron las carnes, madre mía , unos entrecot de 400 gr. cada uno, dos chuletas, pollo y unos chipirones rellenos de gambas y mejillones. Menos estos últimos todo hecho en parrilla y al punto que nos gusta, casi crudo y una gran fuente de patatas fritas de verdad (de las que ya no existen). Fuimos con mi sobrino que tiene 3 años y tiene el vicio de beber agua con hielo (me imagino que para jugar con él en la boca) y en todo momento estuvieron muy atentos con él y con todos nosotros. Postres caseros, un rico vino de Toro y una relación calidad precio muy aceptable. He de decir por otra parte que la señora que nos atendió era un gran profesional y una persona muy educada en todo momento. Volveremos sin dudarlo cuando el ácido úrico lo permita, ja, ja, ja. Enhorabuena al equipo que conforma este restaurante."