"Fuimos a este restaurante porque nos llamó la atención que la gente dijera que era comida portuguesa de la buena y queríamos comprobarlo, efectivamente, estaba muy bueno todo lo qué comimos. El personal portugués y la comida nos transporto a Portugal e incluso el detalle de cuando te traen la cuenta ponerte unos chicles típicos portugueses con mensajitos nos gustó. Es un buen sitio para comer en el centro de Barcelona, a tres minutos andando de la Sagrada Familia, acogedor, tranquilo y muy buena calidad precio. Adjunto foto de lo que comimos y el ticket. Baños limpios y personal superconcienciado con la normativa COVID-19."