"Cuando más se estila el postureo, fachada y poca esencia, se agradece encontrarse un restaurate correcto de presencia, con mucha clientela sin estridencias, con un trato y eficiencia de camareras bien jovenes y con una cara donde todo está muy bien desde las bravas al provolone a los postres y, ademés, no van clavando en los platos: negocios tan bien llevados son de los que nos hacen a todos un poquito mejores."