"Parada obligatoria. Entre el Burgo de Osma y la Ermita de San Baudelio, al lado de la colegiata y el castillo. Gran selección de pinchos -me ha encantado el de algas-, tienen un menú degustación y una carta de vinos que te mueres, auténtica tierra de sabores en un ambiente agradable, familiar, atento y bonito. Terracita soleada. Ganas de volver."