"Buscábamos por el Eixample un lugar para comer algo el domingo al mediodía antes de salir de Barcelona. Encontramos un lugar para estacionar y justo a la derecha vimos “Verne” y al tener una terraza nos pareció buen lugar ya que nos acompañaba una mascota. Sergi al recibirnos nos ofreció sentarnos en el interior si lo deseábamos, ya que no era un problema la mascota. De entrada el local llama la atención por su singular decoración, simulando el interior de un submarino. También cabe destacar la carta de tapas y minutas que te hace dudar qué elegir, todo parece rico y es diferente a propuestas clásicas . La presentación y la comida es muy buena. A destacar la atención y amabilidad de Sergi. Sin duda un lugar recomendable. Si tenemos oportunidad volveremos a probar otros platos. Gracias por sorprendernos con vuestra propuesta gastronómica."