"Reservamos una mesa para probar el menú de degustación, queríamos disfrutar de la cocina de Raquel y realmente no podríamos estar más satisfechos. El restaurante es espacioso, decorado con mucho gusto, y tanto la bodega como la cocina están a la vista desde las mesas, lo cual es un placer, ya que podemos ver a Raquel y su equipo cocinar mientras cenamos. El personal es realmente profesional, muy atento, educado y cuida cada detalle; y la comida es espectacular, con platos muy sabrosos, bien presentados y con algunos matices sensacionales. Son 9 platos y 3 postres, y quien dice que tiene hambre, termina más que satisfecho; la cantidad de cada plato es muy adecuada. Vale la pena destacar el salmón negro, la podredumbre con mantequilla de vaca, el atún rojo y la ensalada; todos son sensacionales. Como broche final, Raquel tuvo el detalle de salir de la cocina para saludarnos. Charlamos con ella un buen rato y se notó que, además de ser una gran cocinera, es una persona muy humilde y amable."