"Fue algo decepcionante. Estaba un poco seco, poco tierno y el rebozado era una costra. Sabiendo que los gustos son subjetivos, y que para unos un plato puede ser una exquisitez y para otros una auténtica basura, no estás comiendo un cachopo auténtico, de los que tienes ganas de repetir. Pagas por una calidad, que bajo mi perspectiva, no se corresponde. Quizá el hecho de hacerlos en cantidades “industriales” haga que la calidad se pierda."