"Hemos terminado en el hoyo por casualidad, buscando algo donde hay espacio en un centro lleno de gente. Nos ha sorprendido gratificamente. el lugar es muy fresco, con una decoración particular. En cuanto a la comida, todo lo que hemos intentado nos ha goteado mucho; especialmente el camperito de la cola del toro. Además, los precios son bastante contenidos. El personal es muy amable. ¡Volveremos!"