"Dentro del vibrante mercado de Valencia, este lugar es una visita obligada. platos inolvidables. Las bravas fueron una revelación crujiente, mientras que los calamares a la parrilla mostraron la combinación perfecta de ternura y sabor. Las croquetas de bacalao fueron una sorpresa encantadora, y el plato de flor de calabacín realmente robó el espectáculo. Su exquisito sabor perduró mucho tiempo después del último bocado. El cheesecake proporcionó un dulce final a la fiesta. El encanto único de cenar entre puestos bulliciosos y un servicio animado añadió una capa extra de disfrute, con la competencia en inglés del personal garantizando una experiencia sin contratiempos. Ten en cuenta, sin embargo, que la popularidad de este lugar a menudo resulta en filas de espera, ya que las reservas no son una opción. Sin embargo, la espera sin duda vale la pena para esta excepcional aventura culinaria."