"Comimos un domingo de septiembre con 27° en la calle con bochorno. Estuvimos en el comedor de arriba y hacía mucho calor. Pedimos si podían poner el aire acondicionado y el camarero nos dijo que no porque saltaba el diferencial. Eso se arregla subiendo la potencia contratada, señor. No puedes comer a gusto mientras te derrites sudando. La comida en general, bien. Aunque la paella del menú estaba muy pasada. Y el churrasco igual. Hubo quien no lo pudo comer. El rabo de toro, bastante bueno. Restaurante normalito para comer a un precio económico. Aunque debería solucionar lo del aire acondicionado y subir la potencia de luz para no asar a los clientes. En verano debe ser como un horno crematorio. Si el cliente no está bien mientras come es más difícil que vuelva."