"Mi chica y yo teníamos antojo de comida mexicana, específicamente burritos, y terminamos en este lugar improvisado y fue un éxito. El lugar era hermoso y pintoresco, aunque comimos afuera porque también tiene una buena terraza, aunque un poco oscura como se ve en las fotos. Tiene una amplia carta, quizás demasiado que puede volverse un poco confuso, preguntamos la diferencia entre burrito, fajitas y flute y aún no lo entendemos, creemos que son los ingredientes del interior. Queríamos pedir nachos de entrada pero cuando fuimos a un mexicano preguntamos si los nachos eran caseros o de bolsa y nos confesaron que eran de bolsa, así que pedimos para empezar unos tacos al pastor que estaban muy buenos, el sabor de la carne de piña y cilantro muy rico y bien equilibrado. Por poner alguna pega, la carne era un poco menos jugosa de lo que hubiéramos querido. Luego pedimos una enchilada benefic, con chiles con carne que nos encantó. Los chiles y la carne muy buenos y el queso derretido y rico. Muy recomendable pedir este plato. También pedimos un burrito personalizado que llevaba guacamole, pico de gallo, pollo, queso, arroz y frijoles. Nos encantó, queríamos un burrito ansioso y obtuvimos esta combinación. Tal vez tenía un poco de queso pero estaba muy bueno. Y de postre unos tacos dulces que consistían en dos tacos dorados con cajeta y leche condensada y helado de crema. El helado estaba cristalizado, como si se hubiera congelado y vuelto a congelar. No es muy mexicano, pero es un postre que no puede fallar. Fue el único postre de la carta, algo más de variedad estaría bien. Recomendamos ir y probar de nuevo alguna opción más de su extensa carta."
