"Habíamos ido otras veces y estaba “bien”, con algunas cosillas a mejorar. Pero esta última vez hicieron un cambio de carta: el sándwich que nos solíamos pedir ya no estaba y el nuevo que nos pedimos no nos gustó nada, las tiras de pollo rebozadas con doritos eran exageradamente caras para los cuatro cachos de pollo que nos pusieron, las “bravas” carísimas para ser congeladas... Nos sirvieron las tapas a cuenta gotas y eso que había muy poca gente. La cosa no acaba aquí. Si un buen postre puede arreglar una mala comida, en este bar no se dio el caso. Pedimos coulant de postre y me sirvieron en un cuenco el coulant y en otro el helado (la cosa está en poder mezclar los dos a la vez). Pero a parte de eso, el coulant estaba muy poco hecho, pedí amablemente que me lo hicieran más. El camarero me contestó un “siempre lo hacemos así y se lo llevó ”, cosa que no era cierto ya que me lo había pedido otras veces. Se lo llevaron y me lo trajeron al cabo de un buen rato y con el mismo helado del principio, obviamente, derretido."